Muchos de los que corremos tenemos como meta final tomar parte en una maratón, y poder sentir la emoción que transmite atravesar la meta. Un logro que se conseguirá gracias a la tenacidad y esfuerzo empleado.
El origen de la maratón, se encuentra en el mito de la gesta del soldado
griego Filípides, quien en el año
490 a. C. habría muerto de fatiga tras haber corrido unos 37
km desde
Maratón hasta
Atenas para para anunciar la victoria sobre el ejército
persa.
En realidad Filípides recorrió el camino desde
Atenas hasta
Esparta, lo que serían unos 225 kilómetros, para pedir auxilio a los espartanos, que estaban celebrando la Karneia y que según sus costumbres no podían acudir a la batalla durante los nueve días que duraba esta festividad.
Aun así, el mito ganó mucha popularidad sobre lo que realmente sucedió, y en honor a este se creó una competición con el nombre de "maratón", que fue incluida en los juegos de
1896 de Atenas inaugurados por el
Barón Pierre de Coubertin.
En estos primeros
Juegos Olímpicos, el gran héroe, fue el ganador de la prueba de maratón, un vendedor de agua griego llamado
Spiridon Louis, que fue seleccionado casi por obligación por un oficial del ejército griego. Antes de la salida permaneció dos días en oración y ayuno. Al final de la carrera entró en solitario por la meta para delirio de sus compatriotas, salvando así el honor helénico, dado que fue el único triunfo griego en una prueba de atletismo en estos juegos.
Esta competición fue la única que Louis llevó a cabo durante su vida. Tras los Juegos Olímpicos y convertido en un héroe nacional, se retiró a su pueblo natal a trabajar como granjero y luego como agente de policía. En las Olimpiadas de 2004 se le dio su nombre al Estadio Olímpico de Atenas en su memoria.